Artrosis

Enfermedad derivada de la actividad de factores biológicos y mecánicos que desestabilizan los procesos interrelacionados de degradación y formación del cartílago articular y del hueso subcondral, y que finalmente afectan a todos los tejidos de la articulación. Se caracteriza principalmente por dolor articular, limitación de la movilidad articular, crujidos y lesiones inflamatorias secundarias (p. ej. derrame articular) de diversa gravedad, sin síntomas sistémicos. Formas: primaria (frecuente, de causa desconocida) y secundaria (daños estructurales locales y anomalías anatómicas de las articulaciones o por enfermedades sistémicas).

Causas de artrosis secundaria

1) lesiones articulares agudas y crónicas

2) congénitas y adquiridas, p. ej. necrosis aséptica juvenil de la cabeza femoral (enfermedad de Legg-Calvé-Perthes), displasia congénita de cadera, epifisiólisis, dismetría de miembros inferiores, deformidad en valgo o varo, síndrome de hiperlaxitud articular, osteocondrodisplasias

3) metabólicas: ocronosis, hemocromatosis, enfermedad de Wilson, enfermedad de Gaucher

4) endocrinas: acromegalia, hiperparatiroidismo, diabetes, obesidad, hipotiroidismo

5) enfermedades por depósito de sales de calcio: condrocalcinosis, artropatía por apatita

6) otras enfermedades osteoarticulares: fracturas, necrosis aséptica, infección, gota, AR y otras enfermedades inflamatorias, enfermedad de Paget, osteopetrosis, osteocondritis disecante

7) neurodistrofias osteoarticulares: enfermedad articular neuropática de Charcot

8) otras: síndrome de descompresión (enfermedad de los buzos), hemoglobinopatías, enfermedad Kashin-Beck, enfermedad de Mseleni.

Factores de riesgo: edad avanzada, sexo femenino, sobrepeso y obesidad (sobre todo para las articulaciones de rodilla), mutaciones genéticas (p. ej. gen del colágeno tipo II), factores mecánicos (trabajo que requiere flexión frecuente de las rodillas, deportes competitivos, debilidad de los músculos periarticulares, lesiones previas, sedentarismo, jogging intensivo), alteraciones de la propiocepción.

La hiperostosis esquelética generalizada (difusa) idiopática es una forma especial en la que la actividad osteoblástica domina fuertemente sobre los procesos destructivos. Se distingue la forma localizada (p. ej. limitada a la columna vertebral) y la forma generalizada (afecta a muchas articulaciones).

Cuadro clínico

El cuadro clínico suele estar dominado por uno de los tipos de cambios patológicos, con mayor frecuencia cambios en el cartílago y/o formación o destrucción del tejido óseo, con menor frecuencia inflamación. La mayoría de los síntomas son comunes en cada localización.

1) Dolor articular: síntoma dominante, se produce durante el movimiento de la articulación afectada. En casos muy avanzados es intenso y se presenta también en reposo y por la noche. El rasgo más característico es la mayor intensidad del dolor al iniciar los movimientos de la articulación, conocido como dolor inicial, y su disminución gradual durante los movimientos posteriores. El dolor nocturno puede sugerir afectación de la médula ósea, y el dolor durante el movimiento suele proceder de los tejidos blandos adyacentes.

2) Limitación de la movilidad articular, con atrofia secundaria de los músculos circundantes.

3) Síntomas menos frecuentes: engrosamiento y deformidad de contornos óseos de articulaciones, dolor a la palpación, crujido durante movimientos, derrame articular.

La enfermedad se desarrolla lentamente, por lo general con períodos de exacerbaciones y remisiones. Progresa independientemente del tratamiento, sin remitir, si bien el tratamiento puede influir favorablemente en el curso de la enfermedad. El grado de incapacidad depende de la localización y la gravedad de los cambios.

  1. Artrosis de cadera (coxartrosis): se distinguen formas con acetábulo plano (displasia), demasiado profundo (protrusio) y correcto. El dolor se puede sentir en cualquier parte del muslo, pero con frecuencia a nivel anterior, en la ingle y rodilla; por lo general no irradia a los glúteos ni a otros tejidos situados por encima de la articulación. Muchos pacientes presentan dolor en el área de la cresta ilíaca, pero este suele deberse a una carga inadecuada sobre la columna vertebral. La limitación del movimiento se produce rápidamente, inicialmente se refiere al movimiento de rotación interna e hiperextensión. Puede ocurrir entesopatía de las inserciones de músculos glúteos al trocánter mayor y bursitis trocantérea (dolor de lado lateral del muslo), atrofia de músculos glúteos y acortamiento relativo de extremidad; estos cambios se producen con mayor frecuencia en lado contralateral, sobrecargado.
  2. Artrosis de rodilla (gonartrosis): dolor notable en la articulación y parte superior de la pierna. Generalmente es más doloroso bajar las escaleras que subir. El movimiento lateral de la rótula presionada contra fémur generalmente causa dolor. Los movimientos de flexión y extensión pueden causar crujidos palpables. El eje de la extremidad casi siempre está deteriorado: es más común el varo que el valgo. A menudo hay derrame articular, a veces también quistes en la fosa poplítea (quiste de Baker). Los contornos de la rodilla se engruesan y deforman. A menudo se produce debilidad secundaria muscular y atrofia del cuádriceps, entesopatías de ligamentos colaterales, inserciones de flexores y bursitis de la pata de ganso, lo que también causa dolor. En casos avanzados se produce contractura de la rodilla en flexión. Según la localización de los cambios destructivos del cartílago articular se distinguen las formas: medial (la más común, coexiste con rodilla en varo); lateral (rara, coexiste con rodilla en valgo) y femororrotuliano (conflicto femoropatelar).
  3. Artrosis de manos: dolor articular (raramente es muy doloroso; los cambios con frecuencia son indoloros), puede haber rigidez matutina de corta duración (hasta 30 min), a veces también después de un período de inmovilidad. Los cambios afectan a ambas manos, causan engrosamiento y deformidad de contornos articulares (normalmente subluxación). Por lo general se afectan las articulaciones interfalángicas distales (DIP) y proximales (PIP) de los dedos 2.º-5.º y la base del pulgar; son muy características las nodulaciones y deformaciones alrededor de las articulaciones DIP (nódulos de Heberden →cap. 1.8, fig. 8-3) y/o PIP (nódulos de Bouchard →cap. 1.8, fig. 8-3). Por lo general los cambios degenerativos se acompañan de inflamación articular de diferente gravedad. En algunos casos se produce un deterioro significativo de las manos. Este tipo de cambio cursa con derrame y formación de defectos óseos, reconocidos como una forma de artrosis erosiva.
  4. Espondiloartrosis: domina dolor en la zona paravertebral, que se intensifica durante el movimiento. Las características del dolor no permiten determinar los cambios degenerativos (afectación del disco intervertebral, de articulaciones facetarias, articulaciones vertebrocostales, de ligamentos u osteofitos). En la hiperostosis esquelética (enfermedad de Forestier) el dolor es generalmente leve, sordo, de intensidad variable. La movilidad de la columna se reduce enormemente, pero se diferencia de la espondilitis anquilosante, ya que nunca es completamente rígida. Los cambios degenerativos de la columna más comunes, aunque de importancia clínica limitada, son los osteofitos en los bordes vertebrales. No constituyen signos de artrosis en el sentido estricto, ya que los cambios se encuentran alrededor del disco que carece de cápsula articular.
  5. Artrosis de otras articulaciones: puede afectar a cualquier articulación, incluyendo hombro, acromioclavicular, sacroilíaca, tobillo, temporomandibular, y articulaciones del pie (dedo gordo en valgo [hallux valgus] o rígido [hallux rigidus], dedos en martillo).
  6. Forma poliarticular: articulaciones afectadas en ≥3 localizaciones principales previamente descritas.

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